El aceite de amla se utiliza desde hace mucho tiempo en la medicina tradicional del subcontinente indio, ya que es procedente de un árbol nativo de la India llamado grosella espinosa india.
Se obtiene tras remojar el fruto de amla seco en aceite de coco durante varios días.
Estimula el crecimiento capilar, ayuda a combatir la caspa, evita las temidas puntas abiertas e impide la caída del cabello.
Su principal atractivo reside en el alto contenido de vitamina C que posee, esencial para eludir la ruptura de la fibra capilar.